No vamos a entrar ahora en
si la crisis generalizada, nos afecta a todos por igual, en mayor o menor
medida. Es evidente que el taxi de toda España, cada uno con arreglo a sus
propias infraestructuras, lleva tiempo planteándose el tema de una regulación horaria,
como una de las más urgentes soluciones que le permita enfrentarse a esta
situación y proporcione un rendimiento económico más holgado y sosegado, para
todos los profesionales de este sector.
Los taxistas de Barcelona,
hace tiempo que venimos también barajando esta cuestión, y en su momento
presentamos un estudio concienzudo de cuales eran, a nuestro entender, las
ventajas y posibilidades que habían, para conseguir una mejor calidad de vida,
tanto en lo económico, como en lo social.
Nos vemos no obstante, en la
necesidad de presentar nuestros planteamientos a todos los taxistas de España,
para que, y más siendo conscientes de que todos estamos en los mismos
interrogantes, nos podáis corroborar, corregir o incluso ampliar nuestros
conceptos sobre este tema, y poder llegar a unas conclusiones estructurales,
que nos permitan tratar estos argumentos con los poderes fácticos de la
administración, y conseguir una serie de soluciones, que se reclaman con toda
urgencia.
Antes de entrar en más
detalles os informamos de cómo está funcionando hasta ahora el horario de los
taxis de Barcelona.
De lunes a viernes
descansan: los lunes, todas las licencias acabadas en 1 y en 2. El martes, las
acabadas en 3 y en 4. Los miércoles, las acabadas en 5 y en 6. Los jueves, las
acabadas en 7 y en 8. Y los viernes, las acabadas en 9 y en 0.
El fin de semana, sábados y
domingos, sólo trabaja la mitad de la flota. Si por el calendario es día par,
descansan las licencias pares, y trabajan los impares. Si el día es impar, es
al revés, descansan las licencias impares y trabajan los pares.
Dentro de estas fiestas, ya
no hay más control. Los taxistas que pueden trabajar, lo pueden hacer dentro de
las veinticuatro horas del día, las horas que quieran, sin ningún tipo de
orden, ni de observación horaria.
Así las cosas, cuando el
trabajo está mal, esto es un compendio de horas y más horas rodando, en una
competencia sin sentido ni concierto, como la única vía palpable, de poder
intentar llegar con alguna recaudación a tu casa.
Nos hemos permitido
presentar esta introducción, para explicaros a continuación, que estudio de
esta caótica situación, tenemos previsto presentar a los nuevos regidores
administrativos del taxi, en este caso en Barcelona.
En principio hemos partido
de una premisa que consideramos totalmente básica. Se trata de hacer una
regulación horaria no para regular al taxista, sino que es para regular el
taxi.
¿A qué nos referimos?
Hay una cosa que es real e
inevitable. En todas las administraciones del taxi, por una razón o por otra,
existe un número de licencias, que rebasa las posibilidades del mercado. Este
es un problema que se hace eterno, con un desgaste de propuestas encaminadas a
acabar con este dilema, que siempre terminan estrellándose en un pozo sin
fondo, ante la convicción asegurada de que nadie quiere asumir el coste que
representaría eliminar licencias de la calle. Por tanto, ante una dificultad
tan evidente, nosotros hemos propuesto una regulación horaria que nos permita
eliminar coches de la calle, sin tener que retirar licencias.
Para ello, hemos establecido
unos turnos rotativos de ocho horas, dentro de las veinticuatro horas que tiene
el día, distribuidos de la siguiente manera:
Los meses pares, las calcas
impares trabajaría por las mañanas de 6 a 15 horas, y las calcas pares, por las
tardes de 13 a 22 horas. Los meses impares, cambiaríamos este turno, es
decir, serían las calcas pares las que trabajaran el turno de mañana, de 6 a 15
horas, y las licencias impares, lo harían por la tarde, de 13 a 22 horas. Se establecerían
de esta manera dos turnos, con media flota de taxis cada uno, en un turno de
trabajo de ocho horas.
En realidad se contemplan
nueve horas, y es así, porque para no hacer un relevo tan tajante a las 14
horas, en las que se tendrían que retirar los pares, para que entraran los
impares, o a viceversa, entre las 13 y las 15 horas, se contempla un horario en
el que pueden trabajar todos, para que unos vayan terminando su jornada con
tranquilidad, y los otros la vayan empezando. De esta manera, no caemos en el
riesgo de dejar al usuario sin taxis.
Se eliminan las fiestas
entre semana, es decir, los taxistas podrán trabajar su jornada de ocho horas
matutinas o vespertinas, según un mes u otro, de lunes a viernes.
El horario nocturno, empieza
a las 22 horas y finaliza a las 6 de la mañana. Se deja totalmente libre a
pares e impares, pero manteniendo las fiestas que hay establecidas hasta ahora.
Es decir, los lunes por la noche, descansan las licencias acabadas en 1 o en 2,
los martes, las acabadas en 3 y en 4, y así sucesivamente. Es decir, la noche,
de 22 a 6, la dejamos como la tenemos hasta ahora. De esta manera conseguimos
que el horario nocturno, como mucho, se mantenga como hasta ahora.
Contamos con la ventaja de
que, con la regulación horaria, se entiende que muchos taxistas conseguirán
recaudar lo necesario en su horario, esto no quiere decir que se estiren de
noche, pero en casi todos los casos, ya no tendrán la necesidad de trabajar
toda la noche. Aparte de que los taxistas que se introducen en el turno de
noche, son principalmente los que trabajan el turno de tarde, los del turno de
mañana, como mucho, saldrán a trabajar antes de las 6, pero en este caso
tampoco serán todos.
La noche se enfrenta en su
primera o última parte, a media flota, ya sea la del turno de mañana o la del
turno de tarde, pero no a la flota entera, como viene ocurriendo hasta ahora,
donde la incapacidad de horarios, hace que te encuentres taxis a todas horas.
El fin de semana, los
sábados y domingos, se dejaría tal y como está hasta ahora, es decir, los días
pares descansan las licencias pares, y los días impares, las licencias
impares.´
De una forma o de otra,
estamos consiguiendo la regulación horaria de los taxis, no de los taxistas. En
los turnos de mañana y de tarde, consigues que estén la mitad de los taxis, y
en el de noche, aunque puedan trabajar todos, hay muchos factores que indican
que todos no estarán. Por tanto consigues que las licencias que estén
trabajando, puedan rendir más, desde el momento que la demanda, escasa, seguirá
siendo la misma, y la oferta, excesiva, se ajustará a las necesidades del
mercado.
El taxista trabajará más
tranquilo, sin tanto atropello horario, con más tiempo libre para su libre
albedrío. Asimismo, será el propio taxista el que podrá establecer su propia
regulación horaria. Si con el turno de ocho horas le llega para atender sus
necesidades, en un turno de cuarenta horas semanales, se podrá permitir el lujo
de llevar su vida como cualquier trabajador del sector que quieran. Si como
autónomo se crea una serie de gastos adicionales por la razón que sea, puede
recurrir a horas en la medida que estime necesarias, en el horario nocturno, o
empleando los horarios del fin de semana, sábados y domingos, que desde el
momento que los dejamos como están hasta ahora, es decir, trabajando solamente
media flota, le permitirán atender sus posibles necesidades económicas
En cuanto a disponer de
trabajadores asalariados, dejará de ser ya un problema para todos los
autónomos, que ante la escasez de trabajo, los miran en muchas ocasiones con
cierto recelo.
Una regulación horaria de
taxis, nos permite la indiferencia total de si los taxis están conducidos por
titulares o por asalariados, porque, lo que es evidente, es que el número de
taxis no puede ser superior a la media flota, la otra media descansa, conduzca
quien conduzca el coche al que le toca trabajar.
En cuanto a la legislación
vigente en todo lo que concierne a los trabajadores asalariados, nos podemos
permitir la tranquilidad de poderlos contratar dentro de los horarios de
cuarenta horas que establece la ley, pudiendo considerar como horas extras las
trabajadas el fin de semana, que incluso para ello, tiene establecidas unas
tarifas que son más caras para el usuario.
Regulación horaria que nos
permite eliminar licencias de la calle sin tener que retirar licencias. Esto
permite que dos factores básicos de nuestra sociedad, puedan cumplir sus
compromisos. Al no eliminar licencias, no eliminamos contribuyentes que
atienden el gasto público, y al establecer horarios más rentables, conseguimos
que el contribuyente colabore con sus pagos a la administración pública, con
más tranquilidad.
Conseguimos asimismo, que al
taxista, de una vez por todas, se le tenga en cuenta. Que nosotros no somos una
raza aparte, ni podemos seguir con esta indiferencia por parte de estamentos o
administraciones, cuando se trata de valorar nuestros problemas o nuestras
circunstancias. Al taxista nunca se le tiene en cuenta, se le trata con total
impunidad, como si sus dificultades no le interesaran a nadie. Todo un
improperio de indolencias que hacen se le deje a su desidia, y que se las
compongan como quieran.
Os hemos presentado un
esbozo de nuestras opiniones sobre lo que entendemos por regulación horaria,
acompañado de la necesidad que vemos, como algo también muy ineludible, de que
al taxista se le empiece a considerar como una persona.
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